Una obra maestra del arte alemán del Renacimiento “The Young Hare”, de Albrecht Dürer, es una de las primeras obras que revela el tema de la naturaleza y el estilo del artista. El animal está coloreado, al igual que la obra posterior, The Big Piece of Meadows, de una manera hiper-palestina, dando credibilidad.
La liebre de acuarela es un ejemplo del realismo detallado del Renacimiento del Norte, un estilo que se originó en la pintura flamenca del siglo XV. Uno de los representantes más famosos de esta tendencia fue Jan van Eyck.
Albrecht también es conocido por sus grabados en madera y varios grabados, que fue promovido por el padre de la joyería. Además, detrás de Durer hay una serie de autorretratos innovadores, una fascinación por el diseño de paisajes, plantas y animales, que se originó durante los viajes en Alemania e Italia. Las visitas de Dürer a Italia, por cierto, le dieron al maestro una idea de las técnicas y tendencias populares del Renacimiento.
En las obras del pintor se puede ver la síntesis de ideas y técnicas de la pintura medieval y el arte renacentista.
Hasta ahora no se sabe si Young Hare se creó por completo en el taller o si el autor hizo bocetos de un animal en la naturaleza y luego completó el trabajo en interiores. Algunos críticos de arte dicen que el reflejo del marco de la ventana en los ojos de la liebre puede probar esto último. Sin embargo, el autor es conocido por usar las reflexiones como un método para dar más naturalidad y realismo a sus personajes.
Para muchos expertos, parece más probable que Durero usara un animal de peluche para colorear, después de crear bocetos y notas en la naturaleza.
Por supuesto, el realismo de la liebre es impresionante. Con este fin, Durero aplica una estructura compleja y utiliza impresionantemente el claroscuro. Además del hecho de que pudo resaltar las orejas y todos los cabellos de todo el cuerpo del modelo, también creó el efecto de una cálida luz dorada, que le da vitalidad a la liebre.
Inicialmente, Durero creó el contorno de la figura y luego cubrió el trabajo con pintura marrón. Posteriormente, utilizando una combinación de trazos oscuros y claros, pintó el pelaje con Acuarelas. El siguiente paso fue agregar pequeños detalles, como un bigote y un reflejo de la ventana en los ojos. Después de terminar el trabajo con acuarelas, el maestro aplicó una serie de trazos con gouache para dar a la piel la estructura necesaria.
Finalmente, se agregó una serie de reflejos blancos, que dieron volumen al animal.