Es más difícil extraer de la vida que de la memoria, que conecta la imaginación; muchos artistas de diferentes épocas históricas lo admiten casi por unanimidad. Y se trata de esta observación y de la conclusión no solo de pinturas de paisajes, sino también de retratos. Parece que aquí está – la naturaleza, justo delante de ti. Se sienta en silencio, cumple con todas las solicitudes, pero algo no va bien, no va. Es difícil captar la expresión de la cara, una de las razones.
Las flores, los ramos de flores a veces sirven como una especie de “varita mágica”, dan a la imagen un matiz inesperado, un sabor diferente, ayudan a encontrar una solución compositiva que no se ha dado durante tanto tiempo.
El artista ruso de la segunda mitad del siglo XIX Alexei Kharlamov pintó a una chica pelirroja con un ramo de rosas. Parece ser tanto juventud como encanto, y una piel suave, y pelo suelto en los hombros y flores en sus manos, pero algo no encaja aquí. Lo más probable es que el asunto esté en la mirada con que la niña nos mira desde el lienzo.
No hay alegría y encanto de juventud en ello. Leer completamente diferente – fatiga, desapego.