Esta es la mejor imagen del ciclo “The Seasons”, pintada al óleo sobre una tabla de madera: una obra lírica, delicada, sincera.
Ante nosotros hay un paisaje espacioso, deslumbrante y hermoso.
Hacia el horizonte más lejano, el terreno está enterrado en una nieve suave y profunda cortada por un espejo de hielo. Los cazadores con un grupo de perros caminan por una colina cubierta de nieve, están regresando a casa de la caza al pueblo. Los cazadores llevan picos afilados y bolsas de juego. Detrás de uno de ellos hay un zorro muerto. Los cazadores no desaparecen, no se disuelven en un paisaje enorme.
Sus grandes figuras están vestidas con ropas gruesas de color verde oscuro y marrón rojizo, que contra el fondo de la nieve blanca adquieren contornos inusualmente claros y se vuelven majestuosas. La nieve ha caído recientemente: las piernas de los cazadores caen y dejan huellas profundas en la nieve.
A la izquierda se encuentra la taberna “Pastor”. El letrero representa al santo patrón de los cazadores, San Hubert. Aquí, un grupo de personas se dedica a un negocio importante: una mujer enciende el fuego y rastrilla las cenizas, un campesino arroja un puñado de paja al fuego.
Un niño se para cerca, mira el fuego y se calienta. Justo aquí el jabalí ahumado.
Sobre la colina y los árboles, sobre las casas y la llanura, sobre la gente y las montañas, hay un cielo de invierno suave y brillante. El aire parece quieto como si fuera cristal.
En el aire helado, los árboles desnudos se congelaron, sus troncos oscuros permanecen delgados. Los cuervos se sientan en ramas desnudas. El pájaro negro parece congelado sobre la marcha.
Como una cruz negra, marca el lugar en la imagen donde se encuentran las montañas y el cielo.
Mirando desde la colina, vemos: hay un pueblo, y en la distancia, al pie de las montañas, hay un castillo. La cubierta de nieve blanca no se ocultó, no cubrió la variedad de elementos en el paisaje. La llanura está cortada por el río para que sus curvas cerradas sean claramente visibles. En el río helado, arroyos y estanques se refleja el cielo. Entre los estanques hay un camino que huye.
A la izquierda, en el horizonte, el mar helado, en su orilla es una ciudad con una torre de iglesia alta y techos cubiertos de nieve. En la orilla – barcos y barcos congelados en el hielo.
Los niños juegan en los estanques, atados con hielo verdoso. El cielo cubierto también parece verde grisáceo.
La imagen le da al espectador una sensación de fresco aire helado de invierno, una sensación de alegría, frescura y alegría.