La historia de esta obra es muy misteriosa. Los historiadores del arte primero tuvieron la oportunidad de estudiarlo solo en 1850, cuando fue donado al Museo Ashmolin en Oxford. En la parte posterior de “Night Hunt” había una calcomanía del siglo XVIII con un texto italiano escrito a mano, del cual aparecía que Benozzo Gozzoli, un pintor que perteneció a la generación de maestros florentinos después de Uccello, pintó la obra.
Sólo en 1898, los historiadores del arte acordaron que la pintura debía atribuirse a los pinceles de Uccello.
Ahora se considera una de las últimas obras del artista, escrita casi al mismo tiempo como parte de la imagen del altar de la Iglesia del Espíritu Santo en Urbino. La historia de su creación no logró descubrir nada, a pesar de los mejores esfuerzos de los investigadores. La trama de la imagen no es trivial.
Los artistas del Renacimiento representaban a menudo escenas de caza, pero siempre en el fondo, como uno de los componentes del paisaje de fondo. La caza como tal nunca se convirtió en una trama independiente de la imagen antes de Uccello.
Algunos historiadores del arte sugieren que la obra de este maestro ilustra algún tipo de obra literaria de la época. Esta teoría parece plausible, pero hasta ahora nada ha sido confirmado. El origen “oscuro” de la imagen, sin embargo, no resta valor a su mérito artístico y originalidad de la intención del autor.