En 1883, Van Gogh llega a la ciudad de Drent. Este pequeño pueblo estaba ubicado en la parte de los Países Bajos donde el proceso de industrialización y progreso técnico aún no había llegado. La turba fue cosechada en drenthe.
Van Gogh estaba más inspirado en las pequeñas casas de los trabajadores bajo los techos inclinados con chimeneas.
Al igual que los artistas de la escuela de Barbizon, Van Gogh era muy aficionado a los rincones vírgenes de la civilización, y ponía simples chozas sobre todas las obras maestras de la arquitectura. En esta imagen, él representó las casas de los trabajadores, que fueron construidas con turba y cubiertas de paja. Inicialmente, se construyeron como un refugio temporal, pero después del final de la extracción de turba, siguieron siendo trabajadores de la vivienda.
La imagen se hace de una manera realista. La paleta limitada tradicional del arte clásico consiste en varios tonos de ocre y marrón. Las sombras profundas forman volúmenes de casas y rasgos de un relieve. Los ritmos suaves y tranquilos transmiten una atmósfera de paz y tranquilidad que reina en un asentamiento alejado de la ruidosa vida humana.
Las casas de los trabajadores se destacan en oscuras siluetas contra un cielo claro sin nubes.
Cabe señalar que en nuestro tiempo, con una investigación cuidadosa, se encontró arena en la capa de pintura de un cuadro. Esto sugiere que el trabajo se hizo desde la vida al aire libre.