1909 para Picasso marcó el comienzo de un nuevo período en las obras: el cubismo analítico. Bajo este nombre ingresará a la biografía del maestro y al patrimonio artístico mundial.
En este trabajo, Picasso se refiere al género del paisaje urbano. Desde el lienzo sobre el espectador observando la casa de la ciudad con el exótico nombre de Horta de Ebro. Este pequeño pueblo es el lugar de nacimiento de un amigo cercano del maestro Manuel Pallares.
El cubismo, que solo se originó en el estilo original del artista, adquiere la característica de un analítico, para alcanzar su punto más alto de desarrollo varios años después y transformarse en cubismo sintético. Y ahora Picasso está trabajando en la forma, dividiéndola en formas geométricas simples, experimentando con el plano, mientras permanece dentro del esquema de color monocromático para enfocar al espectador solo en la forma, como el portador principal del contenido de la imagen.
En este trabajo, vemos cómo el artista “juega” con los contornos de las casas urbanas en una colina, presentándonos la imagen convencional del programa de pintura declarado, en lugar de su contenido auténtico.
Y aunque todo el espacio de trabajo está roto, en la imagen se ven el primer plano y el fondo con montañas que sobresalen por encima de las casas. Este es uno de los “trucos” del famoso maestro: fusionar en un todo los elementos del paisaje, solo esbozando las diferencias en los planos y esquemas. El artista utilizará esta técnica más de una vez.
Esta imagen se encuentra en la lista de las obras maestras más famosas del gran patrimonio creativo de Picasso. Hoy esta imagen se exhibe en berlín.