En la primavera de 1889, Van Gogh pasó en el hospital para enfermos mentales, que estaba ubicado en el antiguo monasterio de Saint-Remy, cerca de Arles. El monasterio estaba rodeado de campos de trigo, cuyas vistas el artista escribió más de una vez desde la ventana de su cámara. Cuando el estado lo permitió, pintó paisajes en la naturaleza de la naturaleza.
En esta imagen, Van Gogh capturó una vista amplia de un campo arado con una serie de colinas en el fondo. El sol naciente hace un paisaje simple extraordinariamente hermoso. Su enorme impulso comenzó a elevarse desde el horizonte, rodeado por un halo brillante. Gracias a él, el cielo brilla y brilla con una variedad de tonos pastel puros, desde el amarillo cálido y el rosado hasta el lila.
Las colinas distantes se vuelven transparentes, rodeadas por una bruma azul claro de la mañana.
Casi todo el espacio de la imagen está ocupado por un amplio campo arado. El autor utiliza la técnica de trazos finos de pinturas limpias, sin mezclar. Los colores verdes de la hierba brillan en combinación con amarillo brillante, jugosos tonos marrón y azul.
El autor admira la belleza de la naturaleza despierta, llena de pureza y frescura.
El amor a la naturaleza salvó a Van Gogh de los pensamientos y experiencias más difíciles, poniendo en orden sus sentimientos y llenándolo de energía vital. En su paisaje, parece expresar este amor, transmitiendo el estado de ánimo de paz y tranquilidad.