En 1881, mientras estudiaba con Anton Moave, Van Gogh crea sus primeros bodegones. La utilidad de estas actividades fue obvia, porque ayudaron a aprender a representar objetos de diversas formas y texturas, a transmitir armoniosamente la proporción de matices y matices de color.
En 1886, Van Gogh está mucho más seriamente interesado en este género. Flores, frutas, verduras, los más diversos utensilios aparecen en sus bodegones. Varias variedades de peces, como el jurel, el arenque ahumado y salado, también están sujetos a la imagen.
En esta imagen, Van Gogh representó camarones rojizos en combinación con mejillones de color gris azulado.
El artista eligió una combinación de colores cálidos. El fondo de la naturaleza muerta está formado por varios tonos de marrón, desde la arena clara hasta el marrón granate. Una profunda sombra negra rodea a los mejillones sobre la mesa en un contorno masivo.
Su color opaco contrasta con el color rojo brillante de los camarones, que constituyen un acento de color brillante en la composición.
La imagen está escrita de manera incompleta, con movimientos rápidos de barrido. Van Gogh resumió fuertemente los temas, mostrándolos en puntos amplios continuos. Esto le permite centrarse principalmente en las relaciones de color entre los elementos de la composición.