Uno de los artistas famosos de la escuela de pintura holandesa, Peter Klaas, escribió hermosas naturalezas muertas, en las que recreaba cuidadosamente la vida de los burgueses urbanos. En sus obras, uno siente amor por las cosas que rodean a una persona en la vida cotidiana.
El mundo objetivo adquiere su propia filosofía: cada cosa es creada por manos hábiles, ya sea pan recién horneado o un vaso del vaso más delgado, hecho por un maestro experto. Las cosas sirven al hombre, crean el calor y la comodidad necesarios, decorando su vida.
Uno puede considerar las naturalezas muertas de Klaas durante mucho tiempo, en las que cada elemento está escrito con tanto cuidado, con una transferencia tan excelente de la textura del material y el juego de luces en su superficie, que uno se pregunta involuntariamente si esta cosa puede ser tan buena como bella en esta imagen.
En las pinturas del maestro todo importa, no hay nada accidental o secundario. Cada artículo puede contar su historia, y todos cuentan la vida de los ciudadanos del siglo XVII.