La composición “Naturaleza muerta con berenjenas” se basa en la combinación de diferentes planes. Matisse abandona la perspectiva y presenta parches de colores locales en el lienzo. En este sentido, repite la búsqueda artística de Cézanne, que dio lugar a las famosas naturalezas muertas de este último, en particular, “Bodegón con Cupido”.
Además, la gran cantidad de planes, según algunos investigadores, se asemeja a la compleja composición de la famosa pintura Menin de Diego Velásquez.
La colocación cuidadosa de los objetos (una puerta, una ventana, una cortina, un espejo, una mesa) crea una impresión compleja de profundidad y, al mismo tiempo, la planitud del espacio de composición. Debido a la falta de perspectivas, Matisse asignó las funciones de creación de la profundidad de espacio exclusivamente al color, y más precisamente a los contrastes de color.
Tradicionalmente, los bodegones se consideran pinturas realistas, ya que representan objetos cotidianos bastante reales, por no decir. Sin embargo, en el caso de la “berenjena”, Matisse sostiene que “puede haber opciones”. Ofrece su propia visión puramente decorativa del género de la naturaleza muerta.
Todas las partes horizontales de la web están en el mismo nivel. Incluso una ventana abierta da la impresión de un elemento decorativo ordinario. Y solo dos objetos, una jarra y una estatuilla sobre la mesa, violan la integridad de este plano.