El modelo para este trabajo fue la hermana de Bonnard Andre. El formato de la imagen y la elección de la trama revelan su conexión con los gráficos japoneses. “Una blusa a cuadros” difícilmente puede llamarse un retrato en el sentido tradicional de la palabra.
La imagen de Andre se convierte aquí en una imagen colectiva de una mujer de la sociedad burguesa, y el interés del artista se dirige principalmente hacia la creación de una superficie decorativa. Más que nada, Bonnard se sintió atraído por el juego del plano de mosaico rojo y blanco de la blusa con un gato curioso blanco y negro muy estilizado.
A pesar de su adicción a los “planos” y “superficies”, Bonnard en este trabajo no abandona completamente la profundidad espacial. Cabe señalar que rara vez experimentó con formas puramente planas, “abstractas”. En “Blusa a cuadros – Bonnard se esfuerza por lograr la armonía entre su propia percepción de perspectiva, luz y textura y los ideales del arte decorativo y aplicado.