Un día caluroso y soleado, el agua brilla del sol, mezcla reflejos intensamente azules, tal vez prometiendo una tormenta de cielo y árboles de una orilla empinada, como si se derritiera sobre el sol. En la orilla algo se carga en el bote. La piscina aproximadamente bañada también está caliente con el sol; La sombra en su interior es la luz, casi no esconde los cuerpos femeninos.
La imagen está llena de avidez, la vida percibida sensualmente, su carne cotidiana. El juego libre de luces y sombras y los reflejos del sol en el agua nos hacen recordar el interés del Kustodiev maduro por el impresionismo.
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