El período en la vida de Cézanne, que se llama “sintético”, está marcado por su deseo de crear una imagen de la naturaleza estable y móvil, con la transferencia simultánea de un sentido de su integridad.
En la obra “Bañistas”, el artista intenta transmitir un sentido de unidad armoniosa entre el hombre y la naturaleza. Para él, este tema es central no solo en las obras, sino que también se puede rastrear en su actitud hacia la vida misma.
Los frotis aplicados de forma flexible y plástica, que se entrelazan suavemente, crean una estructura homogénea del lienzo. El artista dibuja las figuras de las personas en forma áspera e inexpresiva, generalmente desnuda, enfatizando que una persona es un producto de la naturaleza y que debe vivir con ella en armonía. Los cuerpos de los bañistas no destacan, no contrastan con el fondo del paisaje y, como la vegetación, son capaces de pasar la luz y el aire a través de ellos mismos.
La imagen se puede ver en el museo d’Orsay.