Rembrandt hizo una regla para escribir autorretratos, pero rara vez se presentó en el trabajo. En esencia, este es el segundo de una serie de autorretratos, en los que aparece con un caballete, pinceles y un carnero utilizado por los pintores como soporte para sus manos. La luz en el fondo es una técnica inusual, necesaria para que el espectador vea las líneas curvas en la pared detrás del retrato que se está respaldando.
Muchas explicaciones han sido sugeridas a este efecto; Hoy en día, la versión popular es: estas líneas son un enlace a las obras de artistas tan legendarios como Apelles y Giotto, que demostraron sus habilidades dibujando una línea o círculo perfectamente correcto. Si esta explicación es correcta, el autorretrato afirma el derecho del artista a ser considerado el verdadero maestro de su tiempo.