Gama de colores desde el dorado hasta el lila;La imagen se presenta al borde, formada por ellos. Un lienzo orientado verticalmente, trazos verticales que fluyen hacia abajo desde arriba. La imagen es como si se extendiera a lo largo del eje de ordenadas para enfatizar los rasgos característicos de la figura de Dalí: alta, delgada.
En este caleidoscopio de caras hay objetos inscritos que complementan la imagen del artista: un periódico, un paquete de cigarrillos, atributos de un dandy.
El centro de la composición es una cara “demoníaca” estrecha con rasgos reconocibles, concisos pero marcados con precisión. Acabar las cejas. Cabello liso, sin pelo negro. Nariz fina, solo marcada con una línea vertical. Abertura de los ojos ligeramente inclinados.
Una cuenca del ojo irradia luz cegadora blanca. El segundo es un agujero negro impenetrable. Esta técnica enfatiza la dualidad del personaje de Dalí.
Una parte de la naturaleza inquieta del artista siempre se ha vuelto hacia afuera. A Dalí le encantaba “jugar en público”, sorprender a los demás, atraer la atención. ¿Era un extrovertido? Lo más probable es que no.
Esta postura era la máscara de una persona dolorosamente tímida y profundamente insegura.
Su otra parte se volvió hacia adentro. Él apreciaba sus numerosos complejos, era propenso a la auto digestión sin fin, el análisis de sus acciones. Dalí escribió repetidamente autorretratos. Su apariencia era tan reconocible como un reloj blando, una muleta o un pan fálico.
Al mismo tiempo, recurrió a diferentes técnicas y estilos. En el período inicial de su trabajo, muy influido por artistas de vanguardia, escribió varias pinturas, siguiendo los cánones del cubismo. “Autorretrato cubista” se refiere precisamente a este período.