Paula Modersohn-Becker solía usar flores en sus retratos como símbolos de la naturaleza, la belleza, la feminidad, pero también el misterio. Atraen el ojo del espectador, este es un signo secreto que percibimos como un sueño de belleza.
“Autorretrato con iris” es una obra muy lírica del artista. Sobre un fondo verde oscuro, el rostro de una mujer joven está rodeado de lirios.
Los iris no son elegidos al azar. El significado de la flor iris proviene de su nombre griego ἶρῐς, que está asociado con la antigua diosa griega Irida. Según la leyenda, siendo la patrona del arco iris, Irida siempre descendió sobre ella a la tierra para transmitir los mensajes de los dioses a las personas.
Y este mensaje se lee como una llamada: “¡Vive y regocíjate! La vida está llena de encanto y misterio. La naturaleza y el hombre son hermosos”.
Paula está vestida en tonos verdes claros, su traje estricto con una cadena indispensable enfatiza su inseparable conexión con la naturaleza. Una mirada soñadora, los labios entreabiertos y está a punto de decir algo… Mientras tanto, disfruta de una mañana de verano, flores…
Este es uno de los más sinceros de sus autorretratos. Está abierta al mundo, quiere conocerlo y transmitir sus colores al lienzo. No hay marcas, no hay búsqueda de estilo, no hay colores brillantes o manchas de color.
Todo se hace en armonía con la naturaleza y el estado de ánimo del artista.