Alexey Venetsianov era muy talentoso, sin embargo, no confiaba solo en su don. Desde su juventud, un joven buscó aprender habilidades artísticas. Primero, estudió de forma independiente, y más tarde se convirtió en un estudiante de Borovikovsky.
El talento del joven fue difícil de notar, especialmente manejó los retratos, y muy pronto los venecianos se volvieron más demandados.
Esta obra se ha convertido en una de sus famosas y vivas pinturas. Usando, prácticamente, solo el marrón y sus sombras, el pintor creó una imagen sorprendentemente animada, con una precisión que transmitió no solo un parecido completo y perfecto, sino también su estado mental.
Todo el lienzo está impregnado de un aura de nobleza, dignidad, al mismo tiempo, responsabilidad y disposición para los negocios, el trabajo, las acciones. El marco delgado no se oculta, sino que, por el contrario, enfatiza ojos grandes y atentos. Su mirada profunda, la línea de cejas calmada nos muestra a una persona apasionada por su trabajo.
Un mentón suave y unos labios fuertes hablan de bondad, calor, pero no de debilidad. La puerta blanca como la nieve subraya el compromiso y la disciplina del propio Venetsianov.
Tiene un pincel en la mano, porque el trabajo siempre ha ocupado el papel principal en la vida en Venetsianov. Aquí y en el “Autorretrato” está representado en el trabajo. Los dedos en la mano son fáciles, gratis, como pintó sus pinturas, con libertad y facilidad.
El “autorretrato” le arrebató solo un momento a la vida del artista, pero este momento se describe tan vívidamente que uno involuntariamente espera una pregunta o un movimiento. El artista, por así decirlo, solo fue aclamado, se distrajo por un momento para escuchar al interlocutor y luego sumergirse nuevamente en su maravilloso mundo de la pintura.