En 1889En Austria, se inauguró una exposición de la Secesión de Viena, uno de los fundadores de los cuales fue el famoso pintor modernista Gustav Klimt. Los artistas han creado esta asociación con el fin de tener la oportunidad de escribir y demostrar pinturas, cuya trama en ese momento iba más allá del marco moral de la sociedad. Como muchas otras sociedades de artistas, la Secesión de Viena hizo de Palana un símbolo de Atenea.
Cuando su primera exposición tuvo lugar en Viena, una de las pinturas principales fue “Pallas Athena”, escrita por Gustav Klimt.
Esta imagen no se parece a otros retratos femeninos pintados por Klimt. La mayoría de sus pinturas representan mujeres apasionadas, sofisticadas y sexys. Pero Atenea es diferente de todos ellos. Ella es guerrera, fuerte y dominante.
Por lo tanto, se convirtió en un símbolo de los secesionistas, ellos querían la libertad creativa. Esta imagen golpeó grandemente a los críticos, y por esto entre las masas fue llamado el “demonio de la secesión”. Su brillante y brillante casco, su armadura y sus expresivos ojos llaman la atención.
Esta imagen marcó el comienzo del “período dorado” de Gustav Klimt. Este período obtuvo su nombre debido al dorado, que el artista utilizó activamente en la mayoría de sus obras, así como en esta. Esta fue una nueva etapa en la obra del artista. Este período es considerado el más exitoso y fructífero en la vida del artista.
Luego se pintaron sus mejores cuadros.
Athena no le interesaba a Klimt por su feminidad y sexualidad, sino por su esencia divina. Tal vez debido al hecho de que esta mujer tenía un aspecto inusual. Ella era diferente de otras diosas en que llevaba armadura y armas de hombres. A pesar de que ella era una mujer, tenía un carácter guerrero masculino.
Gracias a esto, Pallas Athena es la más fuerte de todas las mujeres que Klimt ha interpretado.