Alphonse Mucha, un modernista checo con raíces austrohúngaras, presentó al pintor el pintor “Artista”. Este es un trabajo de pintura muy brillante y saturado de emociones positivas. Caracteriza al autor del verdadero esteta y amante no solo de las mujeres magníficas, sino también de las jóvenes, como fuente de inspiración. “Artist” Flies – una obra diferente del resto de la colección del autor.
Junto con las damas de Alfonso y la imagen de póster de las cuales, esta chica resultó ser muy pintoresca y no muy parecida a sus “compañeras” maduras.
La artista puso una mirada completamente adulta, seriedad y pomposidad infantil en sus ojos jóvenes. La técnica de escritura en “The Artist” vive a gran escala e improvisada; ella hizo bailar los trazos largos y entrelazó muchas líneas a lo largo del contorno. La paleta de luz es tan transparente que juega una broma cruel con aceite graso, transformándola visualmente en una acuarela rebelde. A pesar del amor de Alphonse a la litografía y la posteridad, este lienzo se puede atribuir a la pintura realista.
La posesión magistral de diferentes direcciones de arte y la técnica de escritura da la verdadera habilidad del pintor checo.
El trabajo está completamente ausente contorno y contraste, da inexpresividad a los detalles individuales y el fondo borroso. Pero los ojos de la niña, de color oliva, muy sonoros y gamma, y pupila penetrante. Sus dedos no son de plástico infantil, trémulos y únicos. La placa de cerámica, sobre la que trabaja el artista, todavía está recién pintada y, quizás, no haya terminado con la pintura. El deslumbramiento en la ropa ligera, la fuente y los puntos en los ojos animan la imagen.
Corren tras el pincel de las Moscas, dejando ondulaciones caóticas de largo alcance. La presencia de matices acianos y una abundancia de colores de bígaro “refrescan” la paleta. Sin embargo, el pelo umber y los verdes cálidos de los ojos de la heroína saturan el frío con calor.
La composición del lienzo es tal que la niña llena completamente el espacio, sin dejar espacio para la mesa, detrás de la cual, tal vez, se asentó, y numerosos tarros de pintura, paleta y muchas toallas sucias. Aquí solo está Ella: la trabajadora cualificada, la artista y su producto, ojos penetrantes y un cepillo fino en una mano talentosa. La variedad de líneas y trazos sin terminar, la falta de tramos rectos perfora el realismo moderno del trabajo, da la dirección de la pintura, en la que trabajó Alfons Mucha, siendo uno de los modernistas más brillantes y reconocibles.