De toda la serie, solo tres obras nos han llegado, en las que el antiguo maestro reveló profundamente la esencia humana de la imagen, que se transmite especialmente en la imagen del apóstol Pablo. Ablandada por una bruma grisácea, en tonos azul claro y gris púrpura, la apariencia de Paul está llena de buena naturaleza y fortaleza. El rublo dibuja a una persona tranquila y concentrada, de temperamento moderado, físicamente fuerte.
En esta imagen, que es de naturaleza monumental, se expresa un comienzo poético y lírico. Es interesante comparar la imagen de Paul con su imagen bizantina anterior del ya mencionado rango de Deesis de longitud media, traída antes de 1387 al monasterio Vysotsky de la ciudad de Serpukhov. Al igual que en el rango de Rublev, la gran figura de Paul se gira hacia la izquierda, ya que el artista bizantino le da un carácter diferente.
Representa a un hombre de tipo oriental con cabello oscuro, casi negro, en agudo contraste con el tono pálido de su rostro y sus labios de color rojo brillante. Su apariencia es de genio y fervor, lo cual es inusual para Rublevsky Pavel. El color es más oscuro y más pesado. En esa época, las imágenes de la pintura bizantina se volvieron más relajadas que antes. Sin embargo, no mostraron esa suavidad, cordialidad y sinceridad, que comenzó con Andrei Rublev.
La orden bizantina del monasterio de Vysotsky está impregnada de solemnidad oficial.
La cuestión de la datación del rango de Deesis permanece abierta. Si procedemos del estilo bastante maduro de este trabajo, entonces no puede atribuirse al período inicial del trabajo creativo del maestro. Podría ocurrir solo después de la pintura de la Catedral de la Asunción de Vladimir, en otras palabras, después de 1408.
Los íconos del rango de Zvenigorod a primera vista cautivan con la extraordinaria belleza de sus colores fríos. Los tonos azul, rosa, azul, violeta pálido y cereza se dan en combinaciones tan perfectamente fieles con el oro del fondo que el icono que contempla involuntariamente da a luz a asociaciones puramente musicales.
Para Rublev, el color fue el medio que lo ayudó a revelar el mundo interior del hombre. Su Salvador, su Pablo, su arcángel tienen un atractivo irresistible. Se caracterizan por su asombrosa suavidad, no les queda nada de la severidad bizantina.