Durante uno de sus paseos por las afueras de Arles, Van Gogh quedó impresionado por la vista del antiguo molino en las afueras de la aldea. El artista siempre ha encontrado un tipo de atractivo en edificios en ruinas, pero aún más inspirado en el tema del trabajo campesino. Estos sentimientos están encarnados en esta imagen.
El edificio masivo del antiguo molino ocupa la mayor parte del primer plano, pero al mismo tiempo carece de peso y pesadez. El artista destacó su dilapidación, representando las paredes inclinadas, el ladrillo antiguo, el techo desigual.
En el fondo, la franja azul muestra las colinas, a los pies de las cuales se encuentran los sitios de los agricultores. El autor los separó composicionalmente de la construcción del molino para enfatizar la diferencia entre la antigua y la nueva forma de vida rural. A la derecha, colocó las figuras de ancianos que caminan, apoyándose unos a otros.
La pintura está hecha con amplios trazos libres de pintura pastosa. Su esquema de color se compone de tonos cálidos y tranquilos. Sobre el fondo de una franja azul brillante de colinas, se pueden ver los techos de las casas de labranza y las islas de vegetación brillante.
El primer plano, junto con el edificio del molino, está hecho en colores pastel opacos, solo ligeramente animado con lilas y trazos verdes.