La pintura “Amantes” del pintor surrealista belga René Magritte es conocida por el espectador en dos versiones. En el primer lienzo, un hombre y una mujer, cuyas cabezas están envueltas en un paño blanco, se unen en un beso, y en el otro “miran” al espectador. La obra es muy simbólica y alberga un profundo significado.
Algunos críticos interpretan esta trama como un reflejo de la incapacidad humana para revelar completamente la verdadera naturaleza de su relación, incluso con las personas más cercanas…
Hay dos versiones principales de la creación de la pintura “Amantes”. Según el más común de ellos, la causa del nacimiento en la mente del artista de imágenes tan inusuales fue el trauma de su infancia asociado con la trágica muerte de la madre.
Magritte era una adolescente cuando su madre se ahogó. Siendo joven y hermosa, se suicidó saltando del puente al río. Cuando se encontró el cuerpo del difunto, su cabeza estaba envuelta en una tela.
Lo más probable es que la mujer cubriera su rostro específicamente para no verse desfigurada después de la muerte.
De acuerdo con la segunda versión, menos popular, el origen de esta imagen perturbadora es el resultado de la fascinación de Magritte por los “fantasomas”, el héroe oscuro del thriller. La identidad del fantasma nunca ha sido revelada. Siempre aparecía en películas, disfrazado con un paño o una media en la cabeza.
El autor retrató a los personajes en un arrebato de pasión. Esto se evidencia por los pliegues de tela lanzados sobre la cabeza. La pasión que surgió entre dos personas realmente lleva al cegamiento.
Se priva de la capacidad de pensar objetivamente y notar lo obvio. Hay una propuesta tan interesante sobre esta imagen: Magritte no solo cerró los ojos a los amantes, sino que también negó con la cabeza, al darse cuenta de la metáfora: “perdió la cabeza por amor”. Otro detalle muy interesante de la imagen – un beso a través del lienzo. ¿Quizás el artista describió un amor irreal, incapaz de dar placer con el contacto de los cuerpos, su penetración mutua?
Tal vez el lienzo muestra la pasión pecaminosa, que se cubre tímidamente y, por así decirlo, ¿está protegida por colchas blancas? O tal vez el artista intentó de esta manera juzgar los sentimientos humanos, dicen, ¿Incluso un amor fuerte no puede dar la oportunidad de comprender la verdad? Incluso verdaderamente enamorados, las personas permanecen ciegas, no ven nada a su alrededor, no se ven las caras y nunca se conocen completamente.
La imagen se puede interpretar de manera más optimista: el amor en sí mismo es tan autosuficiente que no necesita visión. Los amantes de las personas no necesariamente se ven entre sí y al mundo que los rodea. Son capaces de sentir la intimidad incluso a través de una doble capa de tejido arrojado.
De esta manera, el artista nos transmite la idea de que los verdaderos sentimientos no conocen ninguna barrera material.
Estas conjeturas curiosas son confirmadas por la trama de la segunda imagen. Una comparación cuidadosa se puede ver una serie de diferencias en los lienzos, que no se limita a las posturas de los amantes. Primero, el artista cambió el fondo: la acción de la primera pintura tiene lugar en un espacio cerrado, y observamos al segundo par de amantes al aire libre.
En segundo lugar, el autor ha decorado los personajes con otras prendas. En tercer lugar, el estado de ánimo general de la imagen ha cambiado: la tensión concentrada de la primera escena fue reemplazada por la relajante pacificación de la segunda.
El artista parece estar tratando de decir que la pasión no tiene nada que ver con eso. Ahora los personajes completamente tranquilos no se miran entre sí, sino al espectador y al mundo que los rodea. Pero todavía no podemos ver sus caras, ¡pero siguen siendo “ciegos”! ¿Acaso esta es la apoteosis del amor? ¿Una persona que ha experimentado un sentimiento real abre su verdadera visión interior, lo que le permite sentir profundamente este mundo y no contemplar su miserable semejanza accesible al público? Y los obstáculos en forma de lienzos arrojados sobre los héroes, así como prendas de vestir, palabras, paredes, sonidos artificiales y pinturas, ¿ya no pueden evitar que disfruten de la verdadera belleza de este mundo?
Quizás el descubrimiento de esta verdad inspiradora sea la recompensa más valiosa para desentrañar el rompecabezas pictórico de Magritte, una artista que sabía mucho más sobre la vida.
Magritte admitió que considera su principal objetivo para hacer pensar al espectador. Es por eso que sus pinturas a menudo se parecen a los rechazados. Pero a diferencia de los rompecabezas ordinarios, es casi imposible resolverlos, ya que plantean preguntas sobre la esencia misma del ser.