Cabaña campesina oscura. En la esquina hay una mesita de noche en la que yace una madre enferma, cubierta con algo parecido a una manta. En el primer plano a la izquierda hay una mesa sobre la cual se colocan algunos platos y se encuentra una rebanada de pan.
Hay dos niños en la mesa: un niño de tres o cuatro años y una niña de cinco. Ella sostiene en las manos otro bocado de pan, queda claro su porción.
El niño mira a su hermana con ojos hambrientos e implorantes, y ella presiona suavemente el pan y no sabe qué hacer. El hermano ya ha comido su porción de pan, pero nuevamente quiere comer, pero todavía está lejos de la noche y no hay otro alimento. Si comen ahora, ¿qué van a comer después?
Hay pan que está sobre la mesa, también, es imposible, es para una madre enferma.
La madre agotada ofrece no preocuparse por ella y comerse su porción. Pero la niña ya es lo suficientemente grande como para entender que esto no se puede hacer, de lo contrario, la madre nunca se recuperará. Y, al parecer, tendrá que compartir su pan con su hermano, y luego Dios lo hará…
La mala situación de la choza, la mala ropa de los niños, así como el color oscuro de la imagen, crean un ambiente de desesperación sombría.