Adán y Eva – Albrecht Durer

Adán y Eva   Albrecht Durer

Albrecht Durer retrató a la cautivadora belleza de Adán y Eva. Los progenitores fueron creados a la imagen y semejanza de Dios, seguramente escribirá en su diario, lo que significa que sus cuerpos deben ser un ejemplo de belleza perfecta.

Escribió ambas figuras que sobresalen de un fondo oscuro. Sus cuerpos brillan, iluminando la oscuridad circundante. Durer colocó a Adán y Eva en dos tablas separadas: un hallazgo genial; Ella cien veces fortalece su atracción mutua.

Entre Adán y Eva hay una corriente invisible y poderosa de deseo. La cabeza de Eve tímidamente, pero de manera atractiva se volvió hacia Adam. Su mano con una manzana se le extiende con un gesto cauteloso.

Y él ya tomó la manzana que Eva acababa de estirarle. El evento se muestra en movimiento…

Los dedos de Adam tiemblan, la emoción de su corazón hace eco en ellos. Todos dieron medio paso hacia el otro: Adam audazmente, Eva tímidamente. Sus rostros jóvenes están llenos de inexplicable encanto.

Los movimientos del pincel del artista son suaves, redondeados, cuidadosos. Las pinturas se aplican con las capas translúcidas más finas. Los tonos suaves de dos pinturas separadas, pero inseparables, emiten calor y luz tenue.

Durante siglos, la historia de Adán y Eva se ha contado como la historia de la caída en el pecado, por la cual los antepasados ​​de la humanidad fueron expulsados ​​del paraíso, condenados a trabajos forzados y tormentos, como la historia de una maldición que hirió a la gente. Durer olvidó todo lo que sabía y lo enseñó desde la infancia. Y recordó todo lo que sabía sobre la belleza y el amor.

El Renacimiento ha creado muchos himnos a la gloria del hombre: inteligente, saludable, hermoso, amoroso, amado. “Adam and Eve” Durer, una de las criaturas más grandes de esta serie. Durero no pintó esta imagen por orden, sino por impulso interno. “Adán y Eva” permanecieron, sin embargo, en el taller: o bien Durero no quería participar en este trabajo, o los clientes parecían demasiado pecaminosos.

Tomará tiempo para que Adán y Eva sean admirados, para ser copiados. Este trabajo le dio mucha alegría al artista, pero no le dio dinero en absoluto, el destino de muchas pinturas que se crean para el alma.

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