Dios se apareció a Abraham y a su esposa Sara en la forma de tres viajeros, tres jóvenes hermosos. Los esposos mayores les dieron generosa hospitalidad.
Habiendo aceptado la comida, Dios anunció a los esposos un milagro: a pesar de su profunda vejez, les nacerá un hijo y de él vendrá un pueblo grande y poderoso, y todas las naciones del mundo serán bendecidas con él.