Soledad Paranoica Crítica – Salvador Dali

Soledad Paranoica Crítica   Salvador Dali

El lienzo con la imagen irracional de la realidad “Paranoica: la soledad crítica” pertenece al surrealista Dali. La fecha de aparición de la imagen está asociada con el estilo bien establecido de la carta del artista y la convicción perfecta de este último en su propio genio.

El título del trabajo refleja plenamente el método ya conocido de investigación y escritura de sus propios lienzos de El Salvador. El autor se refirió a su “invención” como un método paranoico crítico basado en la exhibición de esos objetos e imágenes que, en su opinión, tenían lugar solo en sueños o intoxicaciones narcóticas de una persona. Estas son las escenas de acoso y piezas de cuerpos que el pensamiento racional simplemente no es capaz de inventar, percibir o exhibir. En consecuencia, Dalí calificó su método de pensamiento irracional como el derecho de autor y el derecho a existir en la pintura mundial. Y así, el trabajo presentado es la personificación de algunos pensamientos tristes y solitarios de Dali.

Es posible que la máquina, y los restos del árbol cortado, y las flores que cubren las piezas de metal estén conectadas de alguna manera con los momentos de la vida del artista.

Sin embargo, el momento asociado con el automóvil quedó congelado en las mentes de un joven salvadoreño de Figueres. Solo podemos asumir que el transporte está asociado con un cierto viaje, tal vez el sueño de escapar. Este evento fue tan antiguo que creció demasiado, ya que decimos “musgo”. En este caso, el notorio “musgo” es una pequeña inflorescencia común y hierba. La forma en que el viajero mantuvo su dirección era larga, salpicada de aristas y arenas rocosas.

Ese camino se imprimió tan intensamente en la memoria que dejó una profunda marca en la piedra de la conciencia y el tiempo. Aquí está, esa silueta del automóvil a la izquierda, en la roca.

La soledad con la que el autor conectó su trabajo se expresó en una simple transferencia a través del metal oxidado de la máquina, una pared en ruinas, un árbol muerto que parecía ser un tocón lamentable. No había nadie para lavar el coche, blanquear la pared y regar el mismo árbol. Aquí está – el resultado de la fría soledad.

Salvador Dalí pintó un cuadro a su manera. Es una abundancia de aire, espacio, vacíos y un horizonte infinito. Estas son pinturas cálidas con una mezcla de amarillez del cielo, blanco de cúmulos.

Estas son sombras nítidas y falta de brillo debido a la presencia de polvo en los objetos. La carta del autor es hermosa, clara, suave. Su comportamiento y diseño irracionales compensan el enfoque meticuloso de los pequeños dibujos.

Junto con el caos de los pensamientos en el trabajo de Dalí, la precisión de la perspectiva, la regularidad de la luz y la sombra, la verdadera exhibición de objetos se llevan juntos. Como si dos personas diferentes existieran en una sola capa, como el primer signo de la esquizofrenia.

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